Comunidad, movimiento, conflicto y ecología en Las Cañadas de la Selva Lacandona (pt. 2)

Resumen

El conflicto larvado de Chiapas sigue siendo asignatura pendiente de negociación por parte de los dos actores políticos involucrados, el gobierno y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, EZLN. Esta situación de “no-guerra/no-paz” ha provocado un profundo deterioro del tejido social en las regiones indígenas y la agudización de los odios políticos y religiosos entre organizaciones políticas y sociales, comunidades indígenas y sectores sociales de la sociedad rural chiapaneca, debido al empantanamiento, a las tácticas divisionistas del gobierno y al radicalismo del EZLN. Sin embargo, empiezan a darse indicios de cansancio entre la población indígena, que repudia cada vez más la vía armada, tanto de un bando como de otro. Parece iniciarse un proceso de reconstrucción de cierta cohesión social en algunas regiones, como La Selva Lacandona, en base a acuerdos comunitarios mayoritarios en algunos aspectos de la vida colectiva —aunque en otros sigan campeando posiciones divergentes y rivales—; los primeros permiten una progresiva recuperación de la producción agrícola, la realización de ciertos proyectos agro-ecológicos y la convivencia entre grupos, organizaciones e incluso institucionalidades locales diferentes. Estos acuerdos son frágiles, están sometidos a constante tensión por el proyecto de restauración de la estructura de poder caciquil, y de los privilegios de la oligarquía chiapaneca del gobierno estatal actual, y sólo podrán afianzarse con una profunda reforma política en Chiapas y la negociación con el EZLN, y las· organizaciones campesinas­indígenas opositoras.